Jordi Ledesma: calidad negra

diablo

Lo mejor de descubrir un debutante y quedar absolutamente alucinado por su manera de narrar es poder ir siguiendo su trayectoria. Muchas veces con la segunda novela se pone punto y final al proceso, porque no nos engañemos, la segunda novela es siempre la realmente complicada. Pues bien, Jordi Ledesma se acaba de ganar con El diablo en cada esquina, publicada por la editorial Alrevés, no solo el derecho a que le continuemos leyendo, sino también el de recibir todos los elogios posibles de parte de sus lectores. Y además nos sitúa en la disyuntiva de tener que darle las gracias por este espléndido libro.

Me explicaré. Después de Narcolepsia –su debut-, lo fácil habría sido que Ledesma continuase la senda que tan bien había transitado. Habría sido lo fácil, lo lógico, lo previsible. Pero la grandeza en un escritor se demuestra cuando intenta innovar en cada libro, apartarse del guión trazado, apostar por nuevas historias y nuevas formas de contar. No es lo que aconsejan los editores. No es lo que esperan la mayoría de los lectores. Pero es lo que agradecemos los que hemos pasado ese simple estadio para pasar a ser seguidores de un escritor, como si de conversos se tratase: con devoción.

En El diablo en cada esquina Jordi Ledesma traza un puzle de cuatro piezas narrativas, cada una de ellas con un personaje de una potencia brutal, para crear una novela extraordinariamente bien escrita, con un ritmo y una prosa digna de los mejores maestros y unos diálogos que son la marca de la casa. Así tenemos una historia en la que se mezclan un tardío hijo de papá que hace demasiado que no prueba la sensación del triunfo; un policía corrupto cada vez más destruido por el alcohol; una chica reconvertida en prostituta por los azares de la vida, Dulce como su propio nombre de guerra; i un sicario, una perfecta máquina de matar. Todos convergen en Barcelona en un juego de equivocaciones, de botines que no son lo que parecen, y de mafiosos y ladrones que parecen ser implacables pero que no son nada al lado del criminal más peligroso del país, a pesar del gran número de muertes que van dejando unos y otros por el camino.

Y así, en un mundo de negocios turbios cerrados en las localidades vip de los estadios de futbol de segunda categoría, es como Jordi Ledesma va creando poco a poco el aura de genialidad que rezuman sus novelas. En serio, si no fuese porque además de escribir endiabladamente bien es un tipo encantador, darían ganas de contratar a uno de sus sicarios para obligarle a confesar donde aprendió a escribir de una manera tan envidiable.

SEBASTIÀ BENNASAR

El diablo en cada esquina

Alrevés.

Barcelona, 2015.

192 páginas.