Uno de los principales problemas de los que adolece la novela negra en nuestro país es la escasa penetración que tiene en el ámbito universitario y en la crítica generalista. Con las honrosas excepciones que pueda haber, la crítica literaria en los medios referida a la novela negra es escasa, pero su presencia en las revistas universitarias todavía lo es más. Todo ello ha conllevado que una de las patas de la consolidación del género negro en España esté permanentemente coja: la publicación de estudios, ensayos y artículos por un lado y la presencia constante y regularizada del género negro en las universidades españolas.
El congreso de novela y cine negro que se organiza cada año en la Universidad de Salamanca es una de esas excepciones extraordinarias que de vez en cuando se producen (ojo, en Salamanca ocurren más a menudo de lo que parece). El extraordinario número de ponencias presentadas, su internacionalización y la consolidación como cita ineludible en el calendario de los estudiosos del género desde sus múltiples perspectivas se complementa con lo que, para mí, es más importante de todo el congreso: el legado escrito.
Àlex Martín Escribà y Javier Sánchez Zapatero editan cada año -y me consta que el trabajo a parte de impecable es árduo- un libro de actas con las ponencias presentadas en el congreso del año anterior. Así pues, doble milagro. No sólo se publican las actas sinó que además se publican en tiempo y forma. El volumen de este año, El género eterno, lo edita Andavira -como en las últimas ocasiones- y tiene la friolera de 702 páginas. Que nadie se asuste, este no es un libro para leer del tirón, sinó una multiplicidad de propuestas para empezar a leer e investigar sobre el género, una colectiva de artículos que sirven para estar perfectamente informado de cual es el estado de la cuestión a día de hoy. Por tanto, por su rareza y por la calidad de sus artículos, es un libro imprescindible que llena poco a poco el hueco del ensayo sobre género negro en España.
El volumen empieza con un texto interesantísimo de Manuel González de la Aleja (uno de los profesores clásicos en este congreso con contribuciones muy interesantes en volúmenes anteriores) y se agrupa alrededor de los grandes temas y sectores geográficos que delimitan el género. Sería muy interesante que en un futuro los investigadores más destacados en estos volúmenes tuvieran la oportunidad de publicar con regularidad sus ensayos e investigaciones tanto en el formato artículo para diferentes revistas como también en formato libro. Esto significaría que el género negro se consolida también desde el punto de vista académico. Me temo que estamos bastante lejos de poder verlo, pero cuando dos chavales entonces estudiantes y ahora doctores y figuras referenciales en este campo empezaron a organizar este congreso nadie se imaginaba que sería lo que es actualmente: imprescindible.
SEBASTIÀ BENNASAR