Cuando apareció en 1974 Los reyes del jaco se convirtió en una novela que era una leyenda. Su autor, Vern. E. Smith era una periodista especializado en reportajes sobre el tráfico de droga en Detroit y partiendo de sus reportajes y de su experiencia personal empezó a fabricar esta obra que llegó en un momento clave: en el de la transición entre los clásicos de los años treinta a los sesenta y los renovadores de los ochenta. Dicen que no hay ninguna novela negra americana que describa con tanta precisión el mundo del tráfico de heroína como ésta. Ahora Sajalín la publica en una versión de Güido Sender, con una edición cuya portada ya te mete directamente en la obra.
Los reyes del jaco tiene un planteamiento simple: dos jóvenes negros -uno de ellos veterano de Vietnam- planean desbancar al capo local de la zona Oeste de la ciudad y para hacerlo deciden empezar por el principio: robándole diez quilos de heroína pura acabada de llegar de Nueva York. Lógicamente, a partir del robo, las vidas de Lennie Jack y Joe Rojo pasan a tener un precio para Willis McDaniel, el capo que todo lo controla. Pero además tenemos a un detective de la policia, el grandullón Al Lewis, con una magnífica red de informantes y a su teniente Boone dispuestos a cazar en las aguas revueltas de una más que previsible guerra entre bandas.
Que llega, y de forma inmediata. Con mucha violencia. Tanta que me sorprende que Tarantino no se haya fijado en esta obra para hacer una de sus obras maestras. Tiene el guión casi perfecto, porque el ritmo en capítulos cortos, la estructura temporal del libro y los magníficos diálogos están al alcance de muy pocos. La descripción hipercruda de los picaderos de caballo y del mundo de los yonquis casi duele en el lector, como los tiros de escopeta, de Magnum o los hachazos cortando dedos.
Vern E. Smith nos hace empatizar tanto con los aspirantes que nos tiene en una tensión enorme. Algo hace prever que los perdedores seguirán siendo perdedores, pero por un momento tenemos la esperanza de su victoria. Y por eso esta novela es extraordinaria, porque entronca con la épica y nos sitúa en medio de la batalla y nos obliga a tomar partido. McDaniel pondrá todos sus recursos para cazarles y en esta especie de partida de ajedrez con todos los peones sacrificados la tensión es máxima.
Smith escribe endiabladamente bien. Buenos usos de los registros lingüísticos, buenas descripciones, impecables diálogos. Y además con un conocimiento de primera mano de lo que habla. La devastación de las ciudades medias americanas por la heroína -muy similar a la que vivió España en los ochenta- tiene en esta novela su perfecto reflejo. Como el mundo de los narcos: sus Cadillacs, los abrigos de chinchilla o el arsenal que esconden debajo. Sin duda una novela que hay que leer.
SEBASTIÀ BENNASAR
Los reyes del jaco
Vern E. Smith
Traducción de Güido Sender
Sajalin
Barcelona, 2015
267 páginas