Pocas veces pasa que se puedan recorrer los escenarios de una novela a distancia. Silvia Mayans, autora de Cap llàgrima sobre la tomba (Pagès Editors) lo hará posible hoy en Barcelona, en la biblioteca Francesca Bonemaison, a las siete de la tarde, con Anna Maria Villalonga. Tenemos suerte: nos ha pasado cuatro fotos y la hemos entrevistado.
-Por qué escribes novela negra?
En este caso el negro me ha servido de excusa para contar muchas otras cosas. Es un hilo de Ariadna que lleva al lector de la mano por todos los paisajes que quiero mostrar. Paisajes físicos y humanos.
-Siempre se ha escrito novela enraizada en un territorio concreto, pero parece que ahora más que nunca hay una reivindicación de la novela de quilómetro cero…
Sí, ciertamente, a nivel social hay un grito contra el centralismo geográfico. Paralelamente y por motivos económicos o vitales, muchos jóvenes ciudadanos deciden irse a vivir a zonas más rurales, a menudo volviendo a los orígenes de padres y abuelos. Todo esto ha provocado un redescubrimiento intelectual, por decirlo de alguna manera, de territorios, costumbres, vocabularios…
-Has escogido un territorio poco trillado en la novela catalana, ¿qué te aporta?
Si te refieres a territorio geográfico, hay un amplio movimiento literario en la cuenca del Ebro catalanohablante. Hace años que tengo un pie en la provincia de Teruel y otro en la provincia de Tarragona, así que en mi novela hablo de mi entorno. Un entorno que, por fronterizo, es muy reflexivo con el tema lingüístico. Me siento muy unida a la corriente que reivindica el uso de las distintas variedades dialectales en la literatura, como una alternativa más de expresarse, de reflejar una realidad. Hay grandes autores en la zona, que a demás ya tiene marca propia : “literatura ebrenca”. Pero ojo, no se trata de autores locales, ¿eh? Somos, simplemente, autores.
-Tu novela también nos muestra que la transición no fue tan idílica como se nos ha vendido…
Mi interés está, sobretodo, en los personajes. En cómo afrontarán el cambio y las nuevas perspectivas políticas al morir Franco: el payés, el policía, el forastero que viene de Barcelona, los más jóvenes, los más viejos… cada uno a su manera. Piensa que la novela se sitúa en los años 70 y la mayoría de personajes no han conocido otro gobernante que el General Franco.
-Hacia dónde va la trayectoria literaria de Sílvia Mayans?
Por un lado los lectores me piden seguir con las aventuras de Elíades Bel. Por eso estoy investigando una trama de intriga que, aunque se sitúa en el siglo XX, es muy actual. Por otro lado, a través de mi lado más oscuro y en colaboración con la ilustradora Silvia Franzoni, estamos acabando un proyecto de “ilustresía”, poemas combinados con grabados y acuarelas, que no pueden vivir los unos sin los otros.
-Hay algún plan de traducción de tu novela?
¡Ojalá! Me encantaría tener una versión traducida, especialmente al castellano. Sobre todo me gustaría poder mantener las expresiones dialectales en, por ejemplo, castellano-aragonés. Sería muy interesante. ¿Hay algún editor por aquí…?
-¿Cómo valoras el actual momento de la novela negra en catalán?
Creo que está en marcha un movimiento muy fuerte de novela negra escrita en catalán. Lo que estoy leyendo últimamente es muy fresco y los autores estamos esforzándonos mucho en dar distintas lecturas a nuestras novelas y personajes, muchos niveles de profundidad, no meras historias criminales. Además, algo que me encanta es que hay una cantera muy nutrida de autoras, y muy buenas. Creo que se están desmarcando del liderazgo de los hombres dentro de este género. Y no sólo me refiero a las autorías sino también a los personajes y a las detectives e investigadoras que ya pululan como Pedro por su casa por las estanterías de las librerías.
-Tu novela parte de unos personajes muy potentes y marcados y no renuncia para nada ni a la historia ni al humor. Cuéntanos algo del proceso creativo.
Curiosamente el germen de la novela fue una canción popular de los pueblos de la ribera del Ebro, que narra una historia terrible. Al escuchar la canción por primera vez supe que debía desmadejar el hilo que llevaba a semejante desenlace. Podría decir que trabajé a “paso de cangrejo”, hacia atrás, reconstruyendo los hechos y personajes que me llevarían al final. Para ello tuve que documentarme muy bien a nivel territorial, a nivel histórico y sobre el perfil psicológico de los personajes. Quería que todos fueran personas auténticas, que los lectores se pudieran ver reflejados en ellos, con sus defectos, sus gracias, sus problemas, sus dudas, sus ironías…
-Con que cinco novelas negras te quedas?
Las novelas no me gustan por negras sino porque me cuentan historias que me impactan. Y por su calidad literaria, naturalmente. Bajo esa perspectiva y tirando de clásicos… te diré:
1) “Crónica sentimental en rojo” de González Ledesma, por lo que tiene de auténtica y de nostálgica. 2) y 3)”A sangre fria” de Truman Capote y “Escupiré sobre vuestra tumba” por lo que me impactaron al leerlas. 4) “De mica en mica s’omple la mica” de Jaume Fuster, por la sorpresa que me causó en mi adolescencia poder disfrutar, en catalán, de un héroe barcelonés como Enric Vidal. 5) No sé si decirte “El extranjero” de Camus o “Crimen y castigo” de Dostoyevsky. Para mí ambas tienen el alma muy negra.