El ayuntamiento de Barcelona ha decidido conceder el premio Premio Carvalho (el jurado estaba formado por Paco Camarasa, Jordi Canal, Daniel Vázquez Sallés, Andreu Martín, Rosa Mora i Sergio Vila-Sanjuán) a Donna Leon, que se suma así a la lista de galardonados premiados en los últimos once años con motivo de la BCNegra, la cita anual de la ciudad con el género negro que este año será del 28 de enero al 6 de febrero y que será la primera con Ada Colau al frente del consistorio y la primera sin que esté abierta la mítica librería Negra y Criminal de la Barceloneta. El premio para Leon parece más una concesión a los grandes intereses editoriales que otra cosa. Intentaremos explicar los motivos que nos llevan al titular llamativo y duro en lo que consideramos un error que desvirtua y davalua el hasta ahora prestigioso galardón.
1-Donna Leon no escribe novela negra. La serie dedica a Guido Brunetti y ambientada en la ciudad de Venecia hace mucho tiempo que ha dejado de ser novela negra para convertirse en una serie de novela costumbrista donde parece ser que lo único importante es conocer hasta que punto se ha vuelto más vegetariana Chiara, la hija del comisario; qué libro de Henry James está devorando su mujer o si los platos que se cocinan en casa van a ser del gusto del resto de miembros de la familia. Ha perdido lucidez, se ha convertido en una fórmula que funciona con un bonito paisaje de fondo.
2-Donna Leon se ha convertido en una escritora rutinaria. Si bien los cuatro primeros títulos de la serie conformaron un pequeño milagro literario: el nacimiento de un personaje, unas buenas tramas, la consolidación de la historia y la plenitud literaria, a partir del quinto título la serie entra en un esquema de previsibilidad y de rutina que hace que sea aburrido leerla. No hay ambición literaria, innovación en cada título, nuevos retos y nuevos experimentos con el género. Fórmula comercial pura y dura. Y es una lástima porque el talento estaba ahí.
3-Donna Leon resta lectores al género negro. Tal vez esta sea la afirmación más controvertida de las tres pero es importante no perderla de vista. Los lectores a los que se hace creer que Donna Leon es novela negra son engañados por sistema. Si colocamos a Donna Leon (y a tantísimos otros) en los escaparates de las librerías con la etiqueta de novela negra estamos engañando a los lectores y estamos haciéndole un flaco favor. Cuando lleguen a una novela negra de verdad se encontrarán con que muy probablemente no les guste. Y se sentiran estafados.
Es una lástima que un premio tan importante y con tanta visibilidad no se haya concedido en esta ocasión a algún buen autor o autora de novela negra. Nadie duda que Donna Leon vende muchos libros, que su acto en Barcelona será multitudinario y que este negocio también forma parte de una industria, pero en esta ocasión nos están intentando dar gato por liebre. No es negro todo lo que reluce.
SEBASTIÀ BENNASAR