La próxima cita electoral del 20 de diciembre promete ser una de las más interesantes de la moderna historia de España. Pero como estamos convencidos que en la campaña nadie hablará de cultura, hemos decidido intentar ver cómo pueden afectar las elecciones a la novela negra: escritores, libreros, estudiosos del género, editores todos se han volcado en nuestra peculiar encuesta.
A todos les preguntamos las siguientes cuestiones:
1-Se ha hablado mucho sobre si la novela negra es de derechas o de izquierdas. ¿Qué opinas al respecto?
2-¿Sigue siendo la gran novela social de nuestro tiempo?
3-¿Cuáles crees que son los principales problemas que tiene el género negro en España en estos momentos?
4-Supongamos por un momento que tienes responsabilidades que lo permiten. ¿Qué tres acciones serían las primeras que emprenderías para favorecer la novela negra en España?
JORDI LLOBREGAT, escritor y director del festival Valencia Negra.
1-Sin duda, una parte de la novela negra ha tratado, trata y tratará la realidad desde una perspectiva crítica y de denuncia social, posicionándose la mayoría de las ocasiones a favor del débil, del marginado, del excluido. En mi opinión, aunque considero que se trata de una percepción muy personal y, en consecuencia, siempre lícita, definirlo como de derechas o izquierdas me parece una simplificación. Considero que va mucho más allá y que esa, llamémosla “clasificación”, además de restar lectores, puede distorsionar o disminuir el efecto que persigue al fin y al cabo la novela: estremecer y hacer pensar al lector.
2-Tal vez, aunque no tengo claro que se deba identificar un género en su conjunto de este modo. Creo más bien que es algo que se ganan algunas novelas de manera individual, independientemente del género en el que “militen”. De hecho, ha ocurrido que algunas obras que han sido catalogadas como grandes novelas sociales, sus mismos autores no las han considerado “negras”, a pesar de que el mercado y el sector sí lo han hecho.
3-Con diferente grado de importancia, creo que debemos trabajar sobre la excesiva identificación popular de la novela negra con ciertos clichés. La permanente necesidad de algunos escritores de imitar a los clásicos, encorsetándose y creando una y otra vez la misma novela. La simplificación de lo que se considera “negro” por parte de los lectores. La crítica y desprecio de los puristas del género sobre aquello que ese grupo no considera puro como si se necesitara ser marginal para ser buena literatura. El peligro de que se ensalce en el mercado ciertas obras de baja calidad respecto a otras, distorsionando la percepción del lector. El menor aprecio hacia el autor español respecto a los autores extranjeros. No saber conducir a los lectores hacia las buenas novelas de género… y un largo etcétera. Por suerte, todos son problemas solucionables.
4-Se necesita un buen análisis y mejor reflexión para responder bien esta pregunta, pero a bote pronto se me ocurre esto: En primer lugar, como prioridad absoluta, hay que crear y afianzar lectores. Por ello, se debería diseñar y llevar a cabo, en coordinación con los agentes principales del sector, un verdadero Plan de Fomento de la Lectura en los centros educativos. El género tiene una producción de grandes clásicos y de excelentes nuevos escritores que pueden seducir perfectamente a niños y jóvenes y crear una gran cantera de ciudadanos adultos que “amen leer”. En segundo término, diseñar y aplicar una gran Agenda de Actividades de carácter nacional. Implicando a editoriales, autores, clubs de lectura, festivales, ferias del libro, etc…, y dirigido a centros educativos, bibliotecas, residencias, asociaciones y cualquier otra clase de organización social. Y por último, iniciar un diálogo con otros sectores artísticos (cine, teatro, danza, artes plásticas, fotografía,…) para estrechar relaciones, intercambiar y difundir el género bajo una marca paraguas.
NIEVES ABARCA, escritora
1-Las novelas no son de derechas o de izquierdas, como diría Wilde, las novelas están bien o mal escritas. Son los lectores los que tienen ideologías. El concepto de novela negra es tan amplio y abarca tantas modalidades que otorgar a una corriente un tipo concreto de ideas resultaría arriesgado. ¿Eso nos llevaría a pensar si la novela romántica es de derechas y la histórica de centro?
2-En cierto modo, la novela negra sirve para destapar el lado oscuro del ser humano. Puedes escribir una novela romántica y ser “social” y puedes escribir una novela negra y no denunciar nada. Y al revés. Victor Hugo escribía sobre los desarrapados, Dickens escribía sobre los desarrapados y los perdedores, pero ellos no hacían novela negra. No depende de la categoría de la novela, depende siempre de la voz del escritor y lo que pretenda decir.
3-Quizá la moda. La novela negra está de moda, das una patada a una piedra y te salen cien novelas negras, psicópatas en cada provincia, todos malísimos e inteligentísimos, profusión de quinquis que hace años están durmiendo el sueño de la droga, polis-mamás que corren a pillar al asesino con el bibe en la mano…llega un momento en el que prima la cantidad sobre la calidad, hasta tal punto que escritores de verdad de novela negra llegan a renegar de la negritud de sus obras.
4-La responsabilidad sobre la creación artística la tienen los escritores en principio. Luego han de ser los editores, la prensa y fundamentalmente los políticos, que aún no han entendido que la literatura y la cultura son un pilar social necesario para la evolución del país. Iniciativas para fomentar la novela negra hay muchas, lo que en realidad hace falta es más dinero.
ALEXIS RAVELO es escritor
1-En principio, un texto literario no es ni de izquierdas ni de derechas. Son las personas que los escriben quienes lo son, y a veces no pueden evitar que eso acabe notándose. Se puede ser derechista y escribir muy buenas novelas negras (el caso paradigmático podría ser Mickey Spillane). También se puede ser de izquierdas y no cogerle el tranquillo al género. De hecho, cuando la intención previa a la escritura es política, resulta peligrosamente fácil caer en el panfleto, en el texto con fecha de caducidad. Eso sí: creo que una novela negra no puede ser burguesa, no puede estar instalada en el correctismo ni escrita para complacer al lector acomodado. No se puede escribir buena novela negra buscando la comodidad del lector, persiguiendo exclusivamente la evasión. En mi opinión, una novela negra es un texto que, mediante la exposición de situaciones violentas, busca, en último término, incomodidad, inquietud acerca de lo que considerábamos seguro acerca del ser humano y la sociedad en la que habita. Utiliza la amenidad, la intriga y la acción para sacar al lector de su zona de confort, afectando a su sistema de creencias acerca del mundo en el que vive.
2-No puede quedarse en eso: una buena novela ha de tener, opino, diversos niveles de lectura. No obstante, en un determinado plano de lectura y atendiendo a lo que te decía en mi anterior respuesta, sí que es un vehículo excelente de exposición, análisis y hasta denuncia de situaciones sociales indeseables, lo que podríamos denominar las contradicciones del sistema, las estructuras (cada vez más ocultas) de la opresión. Tomando la terminología del marxismo, podríamos decir que el crimen es una excepción al supuesto orden social; que los hechos violentos descorren los velos de la ideología y muestran las estructuras de clase que la ideología generalmente oculta. Eso no quiere decir, ni mucho menos, que esa intención social no esté en otros subgéneros y esquemas estéticos. Pero si uno hace novela negra lo tiene muy fácil para hablar acerca de la injusticia social, especialmente en el seno del capitalismo.
3-Se ha avanzado mucho en su dignificación académica y crítica. Pero una cierta inflación (y esto tiene que ver más con el mercado editorial que con la literatura) está mermando sus posibilidades en ese sentido. Supongo que el tiempo pondrá las cosas en su lugar y que cuando pase de moda y sea desplazada en el mercado por otros géneros, las hojas del calendario se acabarán llevando consigo a aquellos productos editoriales de baja calidad literaria que inundan los anaqueles con la etiqueta negra, cuando no van más allá de ser whisky de garrafón. Por otro lado, la novela negra en España tiene los mismos problemas que la literatura en general en España: a) el escaso número de críticos y la poca formación de muchos de quienes ejercen esa labor. Hay notables excepciones, pero, en general, existen muy pocos críticos literarios fiables en España. b) (y relacionado con lo anterior) la confusión entre calidad literaria y éxito de ventas, lo cual viene a actualizar la vieja confusión entre valor y precio de la obra de arte, tan característica del capitalismo.
4-Absolutamente ninguna. La literatura se anárquica (o autárquica) o no será.
ILYA PÉRDIGO, es uno de los editores de Alrevés
1-¿Todavía hay derechas e izquierdas? Sin duda en las últimos tiempos estamos asistiendo a comportamientos similares entre partidos de los dos lados. Bajo mi punto de vista está más unida a la izquierda, a la denuncia, a la justicia social, sobretodo porque muchas de las tramas se nutren de la realidad, y a veces la realidad es muy jodida en según qué zonas del planeta, en muchos casos sirven para abrir los ojos.
2-Siguiendo en la línia de lo anterior, sí, sin duda, narra, cuenta, desgarra la realidad, y la denuncia, y la grita y se venga.
3-La autoestima, la sobrepublicación (poco rigor) y los lectores. Calidad hay de sobra.
4-Acercamiento a la juventud, “invitaría” o promovería la lectura de novela negra en las escuelas (creo que es de los mejores géneros para ganar lectores), y en esa promoción, procuraría hacerlo con autores españoles o un buen número de ellos, invitando a los autores a ir a los centros. Con eso además, conseguiríamos que cuando estos jóvenes fueran adultos creyeran en nuestra literatura. Inversión en la literatura nacional, no invento nada porque ya se hace en países normales, invertir en nuestra literatura, exportarla a través de ferias internaciones, agencias literarias etc etc. Eso además de “exportarnos generaría unos recursos económicos que permitirían a escritores y editores poder trabajar mejor. La tercera no cuesta dinero pero es la más complicada. Solicitar y rogar a los editores respeto (al lector), coherencia (en la publicación), delicadeza (en la edición). En este país vivimos de “boom”, no nos carguemos el género negro, al final saldremos perdiendo todos.
ANNA MARIA VILLALONGA, escritora y estudiosa del género negro
1-Creo que no hay una única respuesta. Tradicionalmente, se ha considerado que la novela negra americana de las primeras décadas del siglo XX era de izquierdas, puesto que nació con la Gran Depresión y era una narrativa de denuncia, muy crítica. Pero todos sabemos lo que significa ser de izquierdas en Estados Unidos. Ciertamente, algunos autores lo fueron, como Dashiell Hammett, que estuvo afiliado al Partido Comunista y encarcelado por el Comité de Actividades Antiamericanas de McCarthy. En Europa también tenemos autores decididamente de izquierdas, como Maj Sjöwall y Per Wahlöö, en Suecia, que eran comunistas militantes y crearon la serie del comisario Martin Beck con la intención explícita de criticar los fallos del Estado del Bienestar sueco. En Francia, Jean-Claude Izzo, creador de la Trilogía de Marsella, también era miembro del Partido Comunista Francés. Y no podemos olvidar a Vázquez Montalbán, a los autores hispanoamericanos, etcétera, etcétera. Son unos cuantos y resulta imposible mencionarlos a todos en esta respuesta. Por otro lado, la novela negra y los regímenes de derechas, dictatoriales, nunca se han entendido bien. Es difícil que el público lector comulgue con los presupuestos legales y policiales de una sociedad totalitaria; que confíe, aunque sea desde la ficción, en unas fuerzas del orden o en un sistema que los aplasta. De la misma manera, a ese sistema no le interesa que lo remuevan por dentro. Por eso resulta tan difícil que el género negro funcione normalmente en una dictadura. Dicho todo esto, pienso que no podemos asegurar que la novela negra sea exclusivamente de izquierdas, sobre todo hoy en día. Criticar la sociedad no necesariamente implica una posición de izquierdas. Actualmente adoramos a la diosa democracia, lo cual no resulta, por desgracia, garantía de nada. Ni de justicia, ni de honestidad. De nada. Lo sabemos muy bien con sólo poner en marcha el televisor. Y en este contexto tenemos una novela de policías, con protagonistas de las fuerzas del orden, a los cuales se les supone la honradez por el simple hecho de formar parte de dicho estado democrático. Sin embargo, por desgracia no siempre es así, ni mucho menos. En este tipo de ficción existe una cierta autocomplacencia, un aire de complicidad con la policía y las instituciones. Aparecen los policías corruptos, pero como una excepción a erradicar. Ya no existe aquella visión realmente de izquierdas, de crítica global, de la que hablaba antes. Va con los tiempos, supongo. Y no sé si he respondido a tu pregunta.
2-Sí, por supuesto, pero no solamente y no necesariamente. Todo depende del significado que atribuyamos al concepto “social”. Resulta claro que la novela negra habla de la realidad, que se plantea los problemas del mundo en el que vivimos, que nos muestra la maldad, que denuncia y critica. Sin embargo, hay formas distintas de afrontarlo. A menudo me he quejado de una narrativa supuestamente negra que, en la actualidad, tiene más de crónica periodística que de literatura. Para mí no vale. Si queremos prestigiar el género hemos de ser conscientes que estamos haciendo literatura, con mayor o menor contenido social, pero literatura. Por tanto, lo importante es elevar su nivel auténticamente literario: estilístico, lingüístico, de descripción y evolución de los personajes, de creación de atmósferas, etc. No comulgo con la mimesis estricta, en el XXI ya está superada. Y aunque la narrativa de género se caracteriza por ser fiel a unos códigos, cosa que defiendo, también puede contener una buena estilización retórica. Muchos autores lo han demostrado. Y, curiosamente, son los más interesantes, los que más prestigian el género. Un par de ejemplos: Philippe Claudel o el ya clásico Friedrich Dürrenmatt.
3-Sinceramente, me parece que vive un momento bastante bueno. Tal vez el principal problema tiene relación con la recepción y con la visibilidad. Quiero decir, el público ha de decidirse a leer antes a los autores españoles que a los extranjeros. Para ello, los medios los han de promover. No puede ser que cualquier sueco o danés saque un libro y eso se convierta en un acontecimiento. En otros países es al revés, pero aquí aún continuamos pensando que lo que viene de fuera es mejor. Por otro lado, hay autores españoles con más éxito fuera de España que dentro. Si los autores españoles fueran más leídos aquí, también tendrían más posibilidades de ser traducidos y exportados. Pero la situación que tenemos es como una espiral. El pez que se muerde la cola.
4-Puesto que soy profesora, no puedo obviar el tema de la enseñanza. Colocaría la narrativa negra en los programas de secundaria y universitarios, promovería su estudio e investigación, que se hicieran tesis doctorales, que se prestigiara a los autores dentro de la Academia. En fin, lucharía por otorgar prestigio al género desde la lectura y la investigación, intentando erradicar ese prejuicio de género menor que aún arrastra. En segundo lugar, intentaría que tuviera visibilidad mediática. Programas de televisión, de radio, prensa, festivales, etc. En prime time, claro. No a horas intempestivas y en los canales que nadie ve. Sé que esto parece utópico, pensar en un programa de libros en hora de máxima audiencia, pero me parece vital. Antes la gente veía “La clave” los viernes por la noche. Y allí se trataban temas de alto nivel y de toda clase, literatura incluida. Hoy en día hemos banalizado tanto los medios de comunicación, que parece imposible revertir la situación, pero debería intentarse, tal vez empezando con programas de libros enfocados desde una vertiente muy lúdica y divertida, pero de libros al fin y al cabo. En tercer lugar, la promoción desde la instituciones dentro del país y fuera. Invertir en traducciones resulta vital. También la asistencia eficiente y no folklórica a las ferias internacionales. El dinero que hoy se invierte en ciertos eventos debería ser para el ámbito de la cultura. Puesto que el género negro es uno de los más leídos del mundo (por no decir el más leído) posee un público potencial enorme. Empezaría explotando esta circunstancia, que ya sitúa al género, de entrada, en un lugar accesible para la promoción seria y bien planificada. Hay muchas más medidas a tomar, pero me has pedido tres. Las tres que te digo me parecen muy importantes, pero no son las únicas en absoluto.
JAVIER SÁNCHEZ ZAPATERO, codirector del Congreso de Novela y Cine Negro de la Universidad de Salamanca
1-No creo que la novela negra sea de izquierdas ni de derechas. La ideología, en todo caso, es cosa de los autores y de la interpretación que proyectan sobre la realidad, no del género al que se adscriben sus obras. Lo que sí ha de hacer la novela negra, o al menos la novela negra que a mí me gusta, es cuestionar lo establecido y aportar luz sobre los claroscuros de la sociedad. Y eso lo hacen, cada uno a su modo, tanto Dashiell Hammett como Mickey Spillane, por poner dos ejemplos de escritores de novela negra situados ideológicamente en las antípodas.
2-La novela negra sigue teniendo un evidente componente social, pero no me atrevería a decir que es “la gran novela social de nuestro tiempo”, ni por supuesto la única, como demuestran, en la literatura española reciente, casos como los de Belén Gopegui, Isaac Rosa o Rafael Chirbes. De hecho, me atrevería a decir que, con notables excepciones como las de Carlos Zanón o Alexis Ravelo, la novela negra española es cada vez menos social y más costumbrista.
3-La novela negra vive un buen momento. Se publican cada vez más obras, el género aparece en prácticamente todos los catálogos editoriales, el número de lectores crece, hay un sinfín de festivales especializados y hay un creciente interés por el género desde los ambientes académicos. Ahora bien, hay una cierta tendencia narcisista que a veces lleva a los que escriben o estudian (estudiamos) novela negra a interpretarla solo en términos de género, olvidándonos de que la literatura ha de dividirse, básicamente, en buena o mala. A veces se reivindican obras por el mero hecho de ser negras (o autores por el mero hecho de escribirlas), y no por su calidad literaria. Por otro lado, el éxito editorial del género ha provocado que a veces se intente hacer pasar por novela negra lo que no es con criterios más relacionados con el marketing que estéticos: que haya un asesinato o un policía no implica que estemos ante una novela negra.
4-Creo que llevaría a cabo acciones para beneficiar la situación de la literatura en general, no de la novela negra en particular. Por un lado, creo es necesario dignificar la figura del autor -persiguiendo más y mejor la piratería, y dándole al escritor la importancia que se merece en términos económicos y de respetabilidad social-. Y, por otro, creo que hay que fomentar la lectura, haciendo especial hincapié en la enseñanza de la literatura. Algo no funciona en una sociedad en la que los adolescentes pasan de hacer cola para comprar la última novela de Harry Potter a ser adultos que viven de espaldas a la literatura. Convendría dedicar más horas a la literatura en las enseñanzas medias y, sobre todo, convendría enseñarla de un modo diferente, menos basado en la erudición y más en la creación de lectores críticos, más preocupados por el “por qué” que por el “qué”. Y es fundamental transmitir a los chavales la idea de que la literatura no es el rollo con el que muchos la identifican, sino un placer y una forma de comprender el mundo y al hombre.
JOSEP CAMPS es escritor
1-La historia dice que nació como algo de izquierdas, de cuando los obreros de las grandes fábricas norteamericanas leían los relatos que autores como Raymond Chandler, Dashiell Hammett o Jim Thompson publicaban en revistas de consumo popular. Y aunque la línea entre derechas e izquierdas en el mundo globalizado de hoy cada vez es más tenue, creo que, por lo que tiene de crítica social, la novela negra es tal vez más de izquierdas que de derechas.
2-Sí, por supuesto. El noir es el género literario que mejor define el estado actual de la sociedad. Lo fue en la Gran Depresión y lo sigue siendo ahora. Es una de sus principales señas de identidad.
3- 1. La escasez de lectores. Es alarmante, en cualquier género literario. La competencia del ocio doméstico (TV, ordenadores, móviles, consolas…) está dañando gravemente al libro. 2. Falta de soporte institucional. 3. Una excesiva oferta, que no siempre tiene la calidad necesaria.
4-Mantendría el IVA reducido del 4% en los libros en papel y reduciría el 21% que grava al libro electrónico. En los ciclos educativos de ESO y Bachillerato, incorporaría la lectura obligada de novela de género negro. Hay que cimentar la cantera. Introduciría una nueva categoría dentro de los Premios Nacionales de Literatura que premiara a la novela negra, de la misma manera que lo hace con el ensayo, la poesía o la literatura dramática. Premiaría con ventajas fiscales cualquier iniciativa seria de índole cultural que tuviera como epicentro al libro.
EMPAR FERNÁNDEZ es escritora
1-Aunque a menudo generalizar significa equivocarse, me atrevería a afirmar que la novela negra sigue siendo una novela de izquierdas que se sitúa generalmente del lado de justicia, social o individual, y que tiende a empatizar con el desfavorecido. Probablemente mi opinión esté algo contaminada por mi propio enfoque.
2-Yo diría que sí, aunque no lo sea en exclusiva. No creo que una novela social necesite adscribirse a ningún género.
3-Creo que el género necesita innovar, trascender patrones y cánones, oxigenarse. Uno de los problemas que podemos encontrar los autores de novela negra es el de llegar a aburrir a nuestros lectores abusando de fórmulas repetitivas que dejen de sorprender o de intrigar. Por otra parte creo que es conveniente abordar las nuevas realidades derivadas de la crisis, la globalización, las omnipresentes nuevas tecnologías…
4-Son más de tres y alguna otra que descuido. Programar un espacio televisivo de literatura con una sección dedicada a la novela negra nacional e internacional. Favorecer, estimular y subvencionar en lo posible la adaptación de novelas negras nacionales al cine y la televisión. Presupuestar ayudas a la traducción de novelas nacionales a otro idiomas. Difundir y promocionar mediante canales públicos las novelas negras nacionales (espacios en publicaciones escritas, adquisición de ejemplares para clubs de lectura, favorecer los encuentros autor-lector…)
SUSANA HERNÁNDEZ es escritora
1-Por convicciones personales, prefiero pensar que es de izquierdas, o que al menos que está más próxima a la manera de entender la sociedad de la izquierda. La novela negra habla, en esencia, del delito, de la desesperación, de las pulsaciones que llevan a los seres humanos a realizar actos salvajes, y eso desgraciadamente tiene mucho que ver con la desigualdad social. No entiendo una novela negra de derechas. Por otra parte sí es cierto que es una novela bastante reaccionaria y machista.
2-Sí y no. Por un lado, la novela negra que bebe de las fuentes más clásicas sí conserva, en general, un contenido social bastante destacable, pero el género ha evolucionado, se ha abierto mucho y quizás hay nuevas tendencias de novela negra que dejan un poco más de lado la novela social.
3-No sé si tiene problemas. Quizás últimamente nos dedicamos demasiado a tirar piedras a nuestro tejado: que si esto es más puro y lo otro más impuro, que si se publica mucho. Sería más productivo promocionar la novela negra entre todos (escritores, prensa, libreros, editores, distribuidores, lectores), creer en el producto nacional que tiene una gran calidad y dejar de mirarnos el ombligo.
4-Promovería la exportación de la novela negra española al extranjero (tal vez con ayudas a las editoriales). Sería bueno que viésemos la novela negra que se hace aquí como un producto de calidad perfectamente exportable. Los escandinavos lo han hecho de maravilla. Aprendamos de ellos. La segunda medida sería incluir novelas negras en las lecturas de colegios e institutos. Y por último, pero no menos importante, emprendería acciones para que en los festivales de novela negra, que son muchos, se vendan libros. Parece un contrasentido, pero en la mayoría de festivales apenas hay libros para comprar y en cambio las salas están llenas de público que al finalizar la charla no puede adquirir las obras de los autores.
MIGUEL ÁNGEL DÍAZ, librería SomNegra y festival Collbató Negre
1- Por naturaleza parece que tenga que ser de Izquierdas ya que la derecha siempre se ha asociado al poder político y económico. Pero en realidad la novela negra tiene que ser apolítica totalmente ya que si una buena novela negra es aquella que hace crítica social, la mejor manera para que esto sea posible es mantenerse al margen de cualquier poder político y económico de la clase que sea.
2-Por supuesto con la novela negra se consigue la crítica novelada que muchos no pueden realizar en otros ámbitos. En un artículo por ejemplo es muy difícil que uno exprese lo que piensa al respecto de la crítica social, puesto que los grandes grupos editoriales pertenecen a grandes empresas que tienen mucho control en lo que se publica,
3-Creo que el género negro vive el mejor momento de la historia en España por volumen de autores, calidad y publicaciones, pero esto mismo es muy incongruente puesto que estamos en un país en el que no se lee lo que se debería. Siempre que me hacen esta pregunta digo que todos los que pertenecemos al mundo del libro ( Autores, editoriales, agentes, libreros ,etc..) tendríamos que sentarnos y buscar métodos para incentivar la lectura antes de publicar y publicar para encontrar la gallina de los huevos de oro.
4-Uff yo con tres deseos!! Jajaja en realidad creo que esto más que con poder se arregla y se hace con trabajo, creo que habría que hacer pedagogía, hacer saber que la novela negra no son asesinatos e investigaciones que es mucho más y por eso es el género más leído en todo el mundo. Faltan ideas para fomentar este tipo de lectura en los institutos, creo que editoriales, autores y libreros (nosotros ya lo estamos intentado) tendríamos que tener un contacto con institutos para hacer charlas, presentaciones e incluso juegos para que a los chavales les apetezca indagar en este mundo, pero también pediría a los directores que abriesen un poco la mente y apostasen por estas iniciativas ya que es muy cómodo seguir con las lecturas que se vienen haciendo desde hace años. Y perdonad por el rollo pero es lo que pienso y lo que intento fomentar desde mi humilde puesto de librero al que le apasiona lo que hace.
Vive le Noir.