“Un libro que no lee nadie es como una fiesta sin invitados”

Francesc Blanco
Francesc Blanco © Fotografía de Carles Domènec

Francesc Blanco acaba de publicar “Proyecto XI” en Suma de Letras

Pocas veces un debut literario lleva implícito una calidad tan alta como el Proyecto XI de Francesc Blanco (Suma de Letras), una obra totalmente original, un thriller que combina la acción más negra con la metaliteratura y con unas exigencias muy altas sin olvidar el objetivo fundamental del género: entretener. Francesc Blanco va mucho más allá y consigue una novela con múltiples niveles de lectura en la que los mundos paralelos no siempre son idílicos. Un novelista al que habrá que seguir.

-Arriesgas muchísimo clasificando tu novela como Thriller, con todas las connotaciones que eso comporta…

-Es verdad que tiene una connotación negativa, porque directamente pensamos en Dan Brown o en Stephen King y eso asocia más el concepto con una literatura que aquí se juzga como de mala calidad, pero pienso que es verdad y que uno de los objetivos del libro es llegar a la gente. La novela negra nunca se olvida del entretenimiento ni de la acción, pero no solo ellos. Cuando tu coges un clásico como Dickens ves que lo que quería era entretener a la gente porque aquellas obras se publicaban en las revistas y se adaptaban al gusto de la gente. Ciertamente, la etiqueta thriller connota, pero me da igual, yo quiero desmitificarlo. Es absurdo no intentar entretener, porque un libro que no lee nadie es como una fiesta sin invitados.

-Sin embargo en tu concepción del libro hay un gran elogio de la literatura que es una parte imprescindible de la resolución de la trama…

-Claro. Es fundamental poder entretener a ese lector que te lee diez minutos antes de irse a dormir o al que te lee en el metro, pero yo aprovecho también para incluir todo mi fondo de armario de lecturas para el lector robusto que también puede leer el libro de otra manera. La literatura es fundamental tanto que en la novela tenemos personajes que son capaces de entrar dentro de los libros. Si entras en el debate más literario verás que Proyecto XI también plantea el debate interesante de la vida contra el libro, que es lo que me interesa.

Francesc Blanco
Francesc Blanco © Fotografía de Carles Domènec

-Precisamente en tu libro planteas una larga lista de novelas que son claves para moverse en esa realidad paralela de la que dependen vidas humanas. ¿Es una propuesta de canon?

-Es una reivindicación de la literatura como entretenimiento. Aparecen 31 novelas que son libros que me gustan mucho y que aguantan los cambios en el tiempo, como El Buscón, de Quevedo, que cambia totalmente cuando la lees con veinte años que cuando lo haces con cuarenta. Tengo muchos más libros de referencia pero los que aparecen lo son, por ejemplo Dickens o Madame Bovary, pero para salir en el libro no tenían que ser sólo libros que me gustasen, sino que tenían que tener alguna anécdota o historia interesante detrás.

-¿De dónde sale Francesc Blanco?

-Yo era alguien que trabajaba en el mundo de la economía, pero a raíz de una muerte muy cercana me planteé qué estaba haciendo con mi vida, miré a mi alrededor y empecé a relativizar muchas coas. Había escrito desde crío, pero volví a Barcelona, me hice autónomo y ahora paso cinco días a la semana escribiendo, haciendo lo que me gusta.

Francesc Blanco
Francesc Blanco © Fotografía de Carles Domènec

-Has sido uno de los últimos en llegar a lo que se empieza a llamar “la gran familia negra”. ¿Cómo ha sido la acogida?

-Muy buena, la verdad. Pero claro, todo parte del hecho de que yo empiezo de cero, no conocía a nadie. Te incorporas como el último de la cola y no despiertas mal rollo con nadie porque nadie tiene nada a envidiarte, pero la verdad es que ha sido un recibimiento muy cálido y positivo.

-Leyendo tu libro se nota que has escrito lo que querías…

-Por supuesto, yo escribo siempre lo que quiero con total libertad, esa libertad es en el fondo mucho más importante que cualquier otra prioridad. El motor del libro es la incertidumbre de la forma de vida de los libros que tienen su propio código, pero de repente alguien que vive sólo entre libros tendrá que tomar decisiones, salir a la calle y vivir.

-Leyendo Proyecto XI es inevitable pensar en Borges y en su “Biblioteca de Babel”…

-Correcto, ese concepto de segunda realidad es muy borgiano. Es que en realidad hay dos tipos de lectores, los que escriben y los que no. Un autor no es nada más que un lector que escribe.

-¿La literatura es un riesgo?

-Sí, pero no gratuito. Tienes que ser tú mismo y eso siempre es difícil, el riesgo es el de dejar cosas tuyas en la novela.