Por primera vez, el conjunto de festivales de novela negra que se celebran en España han conseguido crear una sinergia: todos han decidido leer un manifiesto contra la violencia de género y se han comprometido a programar en esta edición -o en la del año que viene en el caso de los festivales hivernales con programa ya realizado- una mesa redonda sobre el tema. El manifiesto ya se ha leído en Pamplona, Aragón y Tiana y la semana que viene se leerá en Barcelona.
Lo firman los directores/comisarios/organizadores de los siguientes festivales: Pamplona Negra, Festival Aragón Negro, Tiana Negra, BCNegra, Tenerife Noir, El vi fa sang, Las casas ahorcadas, Valencia Negra, Mayo Negro, Granada Noir, Semana Negra de Gijón, Cartagena Negra y Getafe Negro.
Desde Bearn Black no podemos sino dar todo nuestro apoyo a la iniciativa y difundir el texto.
MANIFIESTO DE LOS FESTIVALES DE NOVELA NEGRA CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO
Escribió Walter Benjamin que la construcción histórica se consagra a la memoria de los que no tienen nombre. Parafraseándole, cabe decir que el género negro, en todas sus formas y modalidades, tiene un asunto primordial: atestiguar el dolor de quienes sufren el crimen, exponerlo y ahondar en su conocimiento.
El verdadero centro de una historia criminal es siempre la víctima. Como lectores, cultivadores y difusores del género negro, los abajo firmantes reivindicamos el papel central que corresponde en nuestra sociedad a las mujeres que todavía hoy, entre nosotros, sufren demasiado a menudo violencia por su condición de tales. Mujeres de todas las edades, incluidas ancianas y niñas, de cuya integridad y dignidad disponen sin derecho ni conciencia hombres de todas las edades también.
Reclamamos el protagonismo para ellas y, con él, la protección que merecen por ser la parte más débil de un conflicto, ya sea de índole personal o familiar o derivado de una injusticia social o colectiva, y siempre, en último término, víctimas de la desigualdad entre sexos de la que la violencia contra las mujeres es la más cruel expresión. Hablamos de las mujeres que sufren violencia a manos de sus parejas o ex parejas, 57 de ellas muertas en 2015; pero también de las que por culpa de esa desigualdad, social y de sexo, y de la desidia de quienes deberían protegerlas, se ven expuestas a la trata, la explotación y todas las formas insoportables de violencia a ellas asociadas, de cuyas muertes ni siquiera se lleva la cuenta, por no haber una reacción institucional proporcionada a la gravedad del crimen.
Proclamamos la necesidad de una protección efectiva, que no se quede en normas, formulismos o declaraciones bienintencionadas; que no supla con alardes legales la insuficiencia de medios policiales, materiales o de asistencia, cuando no faltan policías, ni recursos, para atender necesidades menos perentorias.
Por alguna razón casual, o quizá no lo sea tanto, todos los que esto firmamos somos hombres. No arremetemos contra nuestro propio sexo, no participamos de ninguna generalización andrófoba ni pedimos un encarnizamiento contra nosotros mismos. Sólo reclamamos amparo eficaz para ellas, y que cese la vergüenza que para todos representan los hombres que no han aprendido a respetarlas, a los que señalamos, hoy y siempre, con nuestro rechazo más firme y profundo.
Illescas, 13 de enero de 2016