EL MAESTRO Y EL BOOMERANG

Andreu Martín desentraña la génesis de “La violencia justa” en el festival El vi fa sang de L’Espluga de Francolí

51-iIKDSENL._SX325_BO1,204,203,200_

Andreu Martín, además de ser uno de nuestros clásicos incombustibles, tiene una afición grandísima por contar chistes malos. Uno de ellos reza: “¿cómo se llama el boomerang que lanzas y no vuelve? Un palo”. Estos chistes sólo funcionan si hay algún tipo de público agradecido, de los que ríen siempre. Suelen ser buenos tipos y, por qué no reconocerlo, los chistes malos son los que tienen más gracia. Uno de estos tipos se llama Alexis Ravelo, escribe como los ángeles y admira a Martín, entre otras cosas porque el maestro además es un buen tipo.

Así que el 9 de mayo de 2014, estando Martín en Arona, en Canarias, invitado por Ravelo, recibió dos regalos. Era su cumpleaños. Uno de los regalos era un boomerang. El otro un cuaderno. Cuenta la leyenda que el hombre que ha destripado más cadáveres de la literatura patria se emocionó y correspondió al gesto escribiendo en ese cuaderno las páginas de algo que tenía que llamarse en un principio “El policía incorruptible”. “Me gustaba y me motivaba lo del brazo incorruptible de Santa Teresa, pero luego ya vi que no, que no podía tener una novela con ese título”, asegura Martin. Era la génesis de “La Violencia Justa” en la que creó un personaje, Alexis Rodón, en homenaje al propio Alexis Ravelo. Todo esto lo explico Martín ayer en L’Espluga de Francolí, en el festival El Vi fa Sang, que además le dio un premio junto con Jaume Ribera, por haber creado la imprescindible serie dedicada a Flanagan.

De ahí al éxito de una de las novelas más importantes de este año sólo han mediado dos años, el talento inmenso de Martín y la certeza que el boomerang siempre vuelve. Lo otro simplemente es un palo.

SEBASTIÀ BENNASAR.