Más frío que en el norte

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Sebastià Bennasar (Palma, 1976) publica en castellano ‘El país de los crepúsculos’ (Editorial Alrevés), una novela ambientada en la Vall de Boí que publicó en el año 2012 en catalán, en la colección Crims.cat.

Se trata de una novela negra, negrísima, por la dureza de un asesino implacable que tortura y martiriza a sus víctimas en las iglesias románicas de Boí. Bennasar interpreta al género como un vehículo idóneo para la observación de la sociedad y la crítica severa. Ahí donde no alcanza el periodismo, que el autor practica desde hace años en el ámbito cultural, parece que llegan las novelas como ‘El país de los crepúsculos’.

Entre las reivindicaciones del libro se encuentran las explícitas de la trama, como la del amor a la belleza del territorio primigenio, al ecologismo, a una forma de entender la vida. Hay otras de tipo político que el escritor relaciona con la historia reciente. Se habla del Barça y de independencia. También nos encontramos con referencias metaliterarias, como el homenaje al autor de ‘La corona valenciana’ (1982), Jaume Fuster, mismo nombre que el del comisario de la novela de Bennasar.

Sebastià Bennasar
Fotografía de Carles Domènec

Hay también otras demandas más sutiles. En una novela negra, ambientada en el Pirineo, puede hacer tanto frío como en las de los noruegos, al menos desde un punto de vista simbólico y metafórico. El paisaje idílico esconde situaciones nada bucólicas. Por otra parte, la novela demuestra con convicción que no es necesario ambientar la historia en los bajos fondos de una gran ciudad, como puede llegar a ser la fagocitadora Barcelona en Cataluña, para tratar la crisis económica o los efectos de las bandas organizadas. ¿No es eso, desde las herramientas del escritor, una manera de definirse a nivel político? Por suerte para el lector, todas esas proclamas no son, en el fondo, más que los ingredientes y la excusa para el desarrollo de un proyecto literario maduro, una pieza mayor de la prolífica obra del autor, que ahora también se puede leer en castellano.

 

Carles Domènec