MORDIENTE DE CANGREJO NEGRO

Alexis Ravelo se reinventa a si mismo en su nueva novela, “La ceguera del cangrejo” (Siruela)

Cuando alguien como Alexis Ravelo (Las Palmas 1971) consigue un éxito (relativo, como lo son todos los éxitos hispánicos en el género de la novela negra) como el salto de Canarias a la Peninsula primero y el reconocimiento de todos sus compañeros de oficio, de crítica y en menor medida del público con galardones como el premio Hammett de la semana negra de Gijón, la tentación de quedarse en una agradable zona de confort es muy poderosa. Sus historias de perdedores por un lado, o la serie de Eladio Monroy por otra, le permitirian ir configurando una obra de alta calidad y fácilmente asimilable por sus seguidores. Y nadie le cuestionaría absolutamente nada.

Pero Ravelo es un narrador de raza que se atreve con todo. Inició su andadura en el mundo del relato breve, escribió incluso para niños, se atrevió con la novela negra de tintes clásicos y seudónimo y cuando todo el mundo esperaba sus novelas más negras nos soprendió con dos novelas interesantísimas: un homenaje a la literatura en todos los sentidos (La otra vida de Ned BlackBird) y su especial incursión en la Guerra Civil Española (Los milagros prohibidos), ambas en Siruela, y ambas la demostración que Ravelo es uno de los mejores escritores españoles de su generación -las novelas negras publicadas con Alrevés demuestran que es el mejor autor de novela negra de su quinta junto con Carlos Zanón-.

Ahora Ravelo vuelve a Siruela (en este caso a la colección policíaca) y lo hace por la puerta grande. El libro, de bella factura como mandan los cánones de la editorial, con guardas, páginas de cortesía, interlineado y tipo amables para el lector, se titula La ceguera del cangrejo y en esta ocasión se ambienta en la isla de Lanzarote, que se convierte en un protagonista más de la narración (en parte obligada puesto que al final sabemos que en 2018 Ravelo disfrutó de una beca-estancia de la Fundación César Manrique). En la historia seguimos los pasos de Ángel, un militar que llega a la isla siguiendo los rastros de su novia, Olga, que estaba escribiendo un libro sobre César Manrique en el momento de su muerte accidental, aunque él sospecha que puede haber alguna cosa más. Y seguiremos esta investigación junto con el protagonista por toda la geografía insular, de la que resulta imposible no enamorarse.

Ravelo en esta ocasión opta por un thriller cultural que rinde homenaje a César Manrique por un lado, pero que a la vez alerta, en un momento especialmente complicado, de las posibilidades de un nuevo modelo turístico que no se base en la explotación ladrillar de cada uno de los centímetros cuadrados del territorio, el modelo Manrique, para entendernos, que tan buenos resultados dio y que tanto cabreó a los defensores de la Torremolinozación del litoral español. A partir de ahi, con buenos personajes secundarios y sobretodo con un Ángel que crece a medida que pasan la páginas, Ravelo vuelve a conseguir un giro de tuerca en su propia obra y de paso en la novela negra española, sin abandonar la figura del perdedor, pero ahora alejándose unos cuantos grados del lumpen. Ravelo se vuelve ahora en un narrador más social, cuando más falta hace, cuando peor nos lo están poniendo los apartamentos turísticos.

La narración se basa en capítulos cortos, en una excelente dosificación de la información, en buenos diálogos y en una solidez de la prosa que hacen que Ravelo sea hoy un faro de potencia brutal que ilumina desde Canarias la novela española contemporánea.

SEBASTIÀ BENNASAR.

La ceguera del cangrejo

Siruela Policíaca

Madrid, 2019

356 páginas